eritas, 02/02/06 (España) Por su interés, ofrecemos, con permiso del autor, el testimonio que ofreció en una conferencia el ex juez de paz de Pinto (Madrid), Antonio Alonso, quien dimitió de su cargo por objeción de conciencia ante el matrimonio entre personas homosexuales.
COMO EL REY MIDAS, QUE TODO LO QUE NOSOTROS TOQUEMOS SE CONVIERTA EN CRISTO
"Tomé posesión del cargo en Abril y en Septiembre me hicieron una entrevista para dar a conocer un poco a nivel local la figura del juez de paz a la gente de Pinto. Y antes de hacer la entrevista yo medité una cosa: en Julio se aprobó la ley de matrimonios homosexuales y hubo un gran revuelo; el Senado introdujo una cláusula para la objeción de conciencia para aquellos que no estuvieran de acuerdo y el Congreso la vetó, la borró, así que quedó claro que o todo el mundo acepta el matrimonio homosexual como tal o el que no quiera que se vaya. Yo cogí la parábola de los talentos y dije: Señor, cuál es el servicio que te puedo prestar hoy. Pues manifestar claramente que tú estás en contra de esa ley, en contra de llamar a esa ley matrimonio, porque matrimonio es otra cosa.
Llegó la entrevista y se lo dije. No me lo preguntó ella, saqué yo el tema. Pienso que es inconstitucional y no estoy dispuesto a colaborar con esto. Se armó un revuelo en Pinto que todos conocéis, muchas dificultades, porque muchas veces cuando uno quiere ser coherente con lo que Jesucristo dice, con lo que la Iglesia enseña, vienen dificultades, muchas veces internas, de no poder, de sentirse pequeño, pero también externas.
Y uno en esos momentos se pregunta si tirar la toalla, si esto es sólo para curas y monjas, que yo no me tengo que meter en esas cosas. Qué bonito escuchar la confirmación por parte de Jesús: tú sigue ahí, por ese camino. Si has dado la cara por mi no dudes que yo te lo voy a recompensar. Me ayudó mucho otra cita del Evangelio: vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando, si tú has entendido de mi que tienes que ser fiel aquí, si lo haces, vas a ser mi amigo. Y os puedo asegurar que uno siendo amigo de Jesús experimenta un gozo que no ha experimentado antes.
Cuando uno se fía del Señor y hace lo que entiende que va indicando que haga, siente alegría y felicidad. Cuánta más alegría siente uno cuando eso que el Señor le pide no es una cosa pequeñita que sólo lo vas a ver tú, sino que es una cosa un poco más grande. Cuanto más grande sea lo que te pide el Señor, mayor el gozo al obedecerle. Es lo que dice la parábola de los talentos: porque fuiste fiel en lo poco te pondré al frente de lo mucho.
Entendí clarísimamente que lo que tenía que hacer era dimitir, manifestar a las claras que estoy en desacuerdo con esa ley, que llamen a esa realidad matrimonio. Entendí que había llegado el momento de rendir al Señor los frutos de ese talento y don que había sido servirle a Él y a su Iglesia en España siendo juez de paz, habiendo manifestado públicamente que esa ley no es una realidad querida por Dios.
Muchas veces uno se piensa que dar testimonio de Jesús es hacer cosas un poco fuera de lo normal, y a lo mejor son cosas muy sencillitas. Yo sólo dije “esto no es un matrimonio”, un gesto tan simple como decir un no firme, ayuda a mucha gente. Seguir a Jesús, dar la cara por Él, obedecerle y serle fiel es algo muy sencillo.
Esta respuesta mía a Jesús sería imposible sin una vida de oración, sin acudir a la Eucaristía, a la Confesión. Esta respuesta que yo he dado ha nacido de intentar mantenerme unido a Él. El testimonio de vida cristiana que uno dé en casa, en el trabajo, con los amigos, nace de una vida de oración, de estar en comunión con Jesús. Si no tengo amor no soy nada, si no lo hago porque estoy respondiendo a Cristo y me regala la fidelidad para hacerlo, no soy nada.
El Señor a cada uno le pide una cosa concreta, y si no lo ves en el momento, se va discerniendo. La decisión de dimitir fueron días de oración, pidiendo al Señor luz.
Ser cristiano no es cosa de un ratito los domingos voy a misa y ya está. Durante toda tu vida tú eres cristiano, Cristo está presente en tu vida y quiere llegar a todos los rincones, no puede quedar ningún rincón de nuestra vida sin evangelizar. Hay muchísimos ambientes en los que vivimos que no están evangelizados y ahí Cristo quiere entrar. Si no llegamos nosotros a ellos, no llegará a ellos nadie.
De lo que se trata es que el Señor nos regale la alegría de responderle en cada sitio. Y especialmente en la vida pública, ya que en el 2006 es necesario y urgente que los cristianos demos una respuesta pública a todas las situaciones que van surgiendo. Que los cristianos nos unamos y nuestra voz se escuche.
Eso que dice la gente que la fe es sólo para vivirla en la Iglesia es mentira. La fe es para todo lo que tú tocas, como el Rey Midas. Que todo lo que nosotros toquemos, se convierta en Cristo. Los católicos tenemos esa llamada personal de Dios a intervenir en la vida pública.
No nos tenemos que dejar engañar, lo dice Jesucristo en el Evangelio: “Los hijos de las tinieblas son más astutos que los Hijos de la Luz”, y esta frase a mí se me clava, porque es verdad. En una cosa tan tonta como el caso del juez de paz de Pinto: se convocó un pleno urgente y pidieron mi dimisión. Tienen un objetivo y meten fondos, dinero, personas para movilizar gente, pedir firmas... Qué organización se monta para que lo que se propongan salga adelante. En cambio los Hijos de la Luz, ¿dónde estamos?".