adrid, 19/05/05 (Veritas) - El Movimiento Junior de Acción Católica ocupado en la evangelización de la infancia ha aprovechado el mes por antonomasia de las primeras comuniones para recordar el "acto de profundo significado religioso", que significan.
"Esta opción supone un reto, en primer lugar, para las familias que asumen la responsabilidad de educar a sus hijos en la fe cristiana y de convertir sus hogares en un espacio catequético y evangelizador continuo", afirman.
Según el Movimiento Junior, "sería deseable que los padres y madres asumieran un compromiso más allá de la puntualidad del momento celebrativo para contribuir a la tarea de ayudar en la maduración de sus hijos e hijas".
Considera además que "los niños, las familias, las parroquias y toda la Iglesia deben vivir este momento en coherencia" con ese significado y advierten que "cualquier otra implicación es, en cualquier caso, secundaria".
En este sentido, sostiene que "sin negar el carácter festivo de la primera Eucaristía", deberían preferirse las celebraciones "alegres pero austeras", donde quede más manifiesto que "el auténtico regalo es la presencia de Jesucristo".
Asimismo, el comunicado resalta la continuidad en el crecimiento en la fe que debe seguir a la Primera Comunión: "No estamos al final de nada, la primera Eucaristía debe enmarcarse en un proceso pastoral continuo que posibilite la maduración progresiva de la persona, que enlaza, por una parte, con el Bautismo por el que fuimos incorporados a la Iglesia y, por otro, con la futura Confirmación que nos afirma como cristianos adultos".