No todo en los santos es santo, Justina y Rufina, y, las estatuas del Tiber
El acto de unos jóvenes de arrojar unas estatuas amazónicas, que representaban a la madre tierra, al río Tiber ha dado mucho que hablar, para un sector de católicos, fue un acto heroico, porque la Biblia condena la idolatría
En realidad fue un acto de asnismo, y, de intolerancia, y, no es cierto que las imágenes estuvieran puestas para la adoración de nadie.
Posiblemente hubo quien lo comparo con el gesto de Justa y Rufina, ahora Santas Justa y Rufina, dos jóvenes alfareras del siglo III, que hicieron pedazos la imagen creo que de la diosa Venus que llevaban en procesión por delante de su taller.
Pero lo que se olvida es que no todo en los santos es santo, como dice nuestra amiga Mari Cruz, y, lo que llevo junto con los méritos de Jesús al Cielo, a estas jóvenes no fue el romper a la diosa, sino el dar su vida en testimonio de su fe
No son pues imitables en lo primero, si en lo segundo, y, cuando San Pablo va al areópago, no le da por cargarse ningún ídolo
Y, es que en realidad el ídolo sea material o espiritual sólo lo es cuando yo lo hago tal. Tengo una amiga a la que hace años, una cuñada fallecida ahora hace poco, le trajo de un viaje, la imagen de un “tótem”, parecido a una cruz, mi amiga que además de una persona de fe recia, cristiana convencida es teóloga, pues la puso en su pequeño santuario con iconos cristianos; precisamente porque para ella no era un dios, pero si una referencia a la búsqueda de Dios por otras gentes.
Todos sabemos, y, él que no lo sabe se entera ahora que muchas advocaciones e imágenes de Nuestra Señora, son imágenes de antiguas divinidades femeninas paganas, otras ni se sabe, como por ejemplo “Nuestra Señora de Aparecida” de Brasil, una imagen femenina, que unos pescadores atraparon en sus redes. Seguramente en su origen la imagen de una diosa
Pero ahora no lo es, ahora es una imagen chiquita de La Virgen.
La imagen de la Mamá Pacha, La Madre Tierra, también podía ser vista como una imagen de María embarazada de Jesús, ya no sería un ídolo, o una imagen de arte amazónico tampoco lo sería.
Por cierto la tierra es nuestra madre, porque la Biblia dice que Dios formo a Adam(De la tierra)
Así que ante la imagen, e imágenes arrojadas al Tiber, caben 3 actitudes
Una del asnismo, que fue arrojarlas, lo que indica que si las tenían por ídolos por dioses, vamos que los idolatras van ser ellos
Otra la de agradecer a Dios la fe de esos pueblos, y, hasta ver en la Mamá Pacha una imagen de La Virgen que da a luz al Verbo hecho carne, y, pedir su ayuda
Otra la de verlo como arte, simple y, llanamente
Un abrazo
Maite
“Zaqueo se subió al árbol para ver a Jesús, Zaqueo no tenía vértigo”
Muy certero, Maite.
Pensaba en cómo en el Renacimiento se usaron cientos de figuras paganas, estatuas y representaciones de Apolo, de Venus, de todo el acervo pagano de dioses y situaciones, sin que eso significara idolatría: arte, que es un camino indirecto pero cierto hacia Dios.
Pero aun me gusta más tu segunda vía, la más religiosa: a través de esas figuras, imperfectas, agradecemos la fe de esos pueblos, que es semilla para la fe que llevamos en la evangelización.
¿Y acaso nuestras figuras son perfectas? también nuestras figuras son imperfectas, y propias de un eón en el que nos desenvolvemos entre sombras, como en un opaco espejo.
El pobre chaval austríaco que hizo la "hazaña" explicaba, con mucha suficiencia, que él fue hasta Roma a hablar con la gente que estaba en el Sínodo, y que allí le dijeron que los misioneros en el Amazonas no bautizaban.
Claro, ¿quién no se llena de justa indignación religiosa estando como está, ocioso en Viena (porque si no estuviera ocioso no podría decidir de buenas a primeras irse a Roma a charlar), arropadito por la religión del primer mundo, porque unos misioneros no hacen su tarea a toda velocidad, a toda la que podrían hacerla (si estuvieran arropaditos como él lo está, claro) en el Tercer Mundo?
Pobre chaval, ¡que ensalada tiene entre el primer mundo, la fe, y la Pachamama! Desde luego más culpa tienen el papá que lo mantiene y no lo manda de una patada a misionar, y los cardenales que le ríen la gracia.
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La creación es la esposa de Cristo, y nosotros su regalo de bodas.