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El Testigo Fiel
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Buscador simple (o avanzado)
El buscador «simple» permite buscar con rapidez una expresión entre los campos predefinidos de la base de datos. Por ejemplo, en la biblioteca será en título, autor e info, en el santoral en el nombre de santo, en el devocionario, en el título y el texto de la oración, etc. En cada caso, para saber en qué campos busca el buscador simple, basta con desplegar el buscador avanzado, y se mostrarán los campos predefinidos. Pero si quiere hacer una búsqueda simple debe cerrar ese panel que se despliega, porque al abrirlo pasa automáticamente al modo avanzado.

Además de elegir en qué campos buscar, hay una diferencia fundamental entre la búsqueda simple y la avanzada, que puede dar resultados completamente distintos: la búsqueda simple busca la expresión literal que se haya puesto en el cuadro, mientras que la búsqueda avanzada descompone la expresión y busca cada una de las palabras (de más de tres letras) que contenga. Por supuesto, esto retorna muchos más resultados que en la primera forma. Por ejemplo, si se busca en la misma base de datos la expresión "Iglesia católica" con el buscador simple, encontrará muchos menos resultados que si se lo busca en el avanzado, porque este último dirá todos los registros donde está la palabra Iglesia, más todos los registros donde está la palabra católica, juntos o separados.

Una forma de limitar los resultados es agregarle un signo + adelante de la palabra, por ejemplo "Iglesia +católica", eso significa que buscará los registros donde estén las dos palabras, aunque pueden estar en cualquier orden.
La búsqueda admite el uso de comillas normales para buscar palabras y expresiones literales.
La búsqueda no distingue mayúsculas y minúsculas, y no es sensible a los acentos (en el ejemplo: católica y Catolica dará los mismos resultados).

Me gustaría saber si ha habido alguna cambio que suprime el amén al final del padrenuestro, cuando no se reza en la misa.

pregunta realizada por José M. Mtnez.
6 de enero de 2024

Supongo yo que el lector se refiere a que en el Padrenuestro de Laudes y Vísperas, en la liturgia de las horas, no figura un "amén" al final del texto, como en el Padrenuestro de la misa.

Lo primero que es importante señalar es que el amén es una fórmula asertiva, es decir, expresa conformidad, asentimiento, a la oración, pero no forma parte del Padrenuestro ni de ninguna otra oración. Es una partícula independiente, por eso la podemos agregar al Gloria, al Credo, al Ave María, y a cualquier otra oración litúrgica o no litúrgica.

Dado que de muy pequeños aprendemos el Padrenuestro incluyendo ese "amén" final (¡y los niños son muy enfáticos al recitarlo!), podemos creer que forma parte del texto mismo, y nos extraña cuando nos lo "quitan"... pero el problema no es si se ha quitado, sino cuándo y cómo corresponde agregarlo.

En las Laudes y en las Vísperas no se agrega "amén" al Padrenuestro por la misma razón que en la misa: porque la oración continúa, precisamente con la oración final, que no va precedida de la invitación "oremos" (si fuera precedida de esa invitación sí que correspondería cerrar el Padrenuestro con el "amén"). Es decir, el "amén" al conjunto de la oración (Padrenuestro y oración final) se dirá al final de la última oración.

En la oración litúrgica hay que mirar caso por caso si corresponde o no agregar el "amén". Por ejemplo, en la liturgia del bautismo el Padrenuestro va seguido de la bendición final, pero la bendición no es como la oración final de Laudes, la bendición es un acto específicamente sacerdotal, distinto del acto de la asamblea de rezar el Padrenuestro, por tanto ahí sí el Padrenuestro se cierra con el "amén", y luego se da la bendición (generalmente precedida de una breve monición).

En la oración comunitaria no litúrgica (por ejemplo el Rosario o el Angelus) se sigue simplemente la costumbre, que suele poner el "amén" como cierre de cada oración. Y lo mismo en la oración personal, el orante es libre de agregar el "amén" donde le parezca oportuno (por eso es oración personal).

El "amén" en sí mismo

Unas palabras sobre esta preciosa aclamación de cierre: es una palabra hebrea que no tiene traducción exacta.

"Amén" deriva del verbo hebreo 'aman (alef-mem-nun), que significa ser firme, resistente, que perdura en el tiempo. De allí la palabra "emunáh", que se traduce como rectitud y honradez, y "emet", que se traduce como "verdad" (pero precisamente con ese matiz de "verdad en el tiempo" o "fidelidad") y esta exclamación, principalmente litúrgica, "amén".

"Emet" es uno de los dos caracteres principales de Dios en el AT: "hesed y emet", "misericordia y fidelidad" o "amor y verdad" (Salmo 89,2; 98,3). Y también en el NT, como lo señala el Ev. Jn en 1,17 cuando dice que "la gracia y la verdad nos han llegado por Jesús Mesías" .

Nuestro Señor gustó de manera especial de esta palabra, aunque con un uso peculiar, que era ponerlo al comienzo de frases declarativas, lo que los evangelios recogen con la fórmula "amén, amén os digo...", que a veces se traduce como "en verdad os digo". Cuando leemos esas frases estamos cerca de la predicación oral del propio Jesús, y es casi como si estuviéramos ante Él escuchándolo. Un investigador como Joachim Jeremías señala que "Abbá y amén son los rasgos de lenguaje más característicos de la ipsissima vox [mismísimas palabras] de Jesús" ("Abbá y el mensaje central...", Sígueme, 2005, pág. 105).

 

 

 

Comentarios
por José M. Mtnez. (i) (83.35.224.---) - domingo , 7-ene-2024, 10:58:52

Gracias por la respuesta. Saludos

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