Nunca termino de entender las preguntas que me hacen sobre si es posible sustituir este o aquel elemento de la liturgia; me da la impresión de que me piden permiso para hacerlo. ¡Yo no soy ninguna autoridad para darle permiso a nadie!
Por otra parte, no va a bajar ningún rayo del cielo por sustituir esto por aquello, así que quien quiera sustituir, que sustituya, a su entero criterio...
Ahora bien: la liturgia es liturgia cuando es como es, no cuando la armamos a nuestro gusto. En realidad, lo único que puede sustituirse, y con limitaciones, son los himnos, que son el elemento no bíblico (y por cierto, bastante mal elegido en la versión española). Sustituir lo demás, sinceramente dicho, carece de sentido.
En una comunidad de religiosas con la que yo rezaba laudes cada mañana durante un tiempo, no rezaban el padrenuestro, porque lo iban a rezar luego en la misa (y no porque unieran laudes y misa, ya que eran dos actos litúrgicos separados). Ahora bien: la constitución «Laudis canticum», por la que Pablo VI establece el oficio reformado, dice: «Al término de las preces, ha sido restablecida la oración dominical. De este modo, teniendo en cuenta el rezo que se hace de ella en la misa, queda restablecido en nuestra época el uso de la Iglesia antigua de recitar esta oración tres veces al día.» (n. 8) Como se ve, la recitación de Padrenuestro repetido fue buscado por la reforma litúrgica, y ningún "uso práctico" justifica quitarlo.
La Ordenación General de la Liturgia de las Horas dice, con respecto al «gloria» final de los salmos, lo siguiente:
«[...] al final de cada salmo se mantiene en vigor el concluir con el Gloria al Padre y Como era. Pues el Gloria es la conclusión adecuada que recomienda la tradición que da a la oración del Antiguo Testamento un sentido laudatorio, cristológico y trinitario.[...]» (n. 123, el destacado es mío)
La jaculatoria «Gloria a ti Dios mio, para siempre», aunque tiene sentido laudatorio, carece del valor cristológico y trinitario que tiene el «Gloria al Padre... como era...», y por lo tanto la sustitución no dice lo mismo que lo que la liturgia pretende.
Yo creo que la confusión principal está en considerar que al rezar las Horas uno está haciendo oración personal... si se consigue que la oración litúrgica sea a la vez personal, bendito sea: pero al rezar las Horas nuestra persona debe pasar al segundo plano: rezamos con la Iglesia y desde la Iglesia.