Las "revelaciones" o supuestas revelaciones circulan por internet. Cada uno es libre de hacer caso a lo que desee, ahora bien, como principio general: la Iglesia no promueve NINGUNA revelación privada, absolutamente ninguna.
Algunas "revelaciones", luego de estudiar minuciosamente su contenido, las declara no contradictorias con la revelación pública de Nuestro Señor. Esto es una declaración "negativa", es decir, "no contiene nada que sea contrario a la revelación que está en custodia de la Iglesia", pero de ninguna manera eso significa promover una revelación privada o afirmar que sea literalmente cierta.
En el caso de las que menciona, ni siquiera hay esa declaración negativa, así que quien desee creer en ellas, que haga lo que quiera, pero no cuenta con ningún aval de la Iglesia.
Hasta aquí lo que puede leerse más o menos en cualquier manual de teología fundamental.
En mi opinión personal (tómeselo como tal), la curiosidad espiritual por andar rebuscando a ver qué va a pasar en el futuro de la Iglesia es una curiosidad insana, comparable a la consulta de brujas y nigromantes para saber qué nos deparará el amor, o la fortuna; es una curiosidad demoníaca, porque nos separa del camino que NS nos puso delante, que es el de vivir la gracia cada día, mientras deseamos y anhelamos la gracia que no tiene fin.