El Papa Francisco publicará en septiembre una exhortación apostólica sobre el Sagrado Corazón de Jesús, según anunció el 31 de mayo de 2024 el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), monseñor Luis Argüello, tras una audiencia con el Pontífice en el Vaticano.
El anuncio de la publicación de la exhortación apostólica se hizo en una rueda de prensa organizada por Mons. Argüello en la Plaza de San Pedro. Monseñor Argüello, acompañado por el cardenal José Cobo Cano, vicepresidente de la CEE y arzobispo de Madrid, y el secretario monseñor Francisco César García Magán, acababa de mantener una audiencia de cuarenta minutos con el Papa. El motivo del encuentro era presentar a la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal Española, renovada el pasado mes de marzo.
"Me ha dicho que en septiembre publicará una exhortación apostólica sobre el Corazón de Jesús", ha relatado el arzobispo español, sin añadir más detalles sobre la naturaleza de este texto. Esta sería la octava exhortación apostólica del Papa Francisco, tras C'est la confiance (2023), Laudate Deum (2023), Querida Amazonia (2020), Christus vivit (2019), Gaudete et exsultate (2018), Amoris laetitia (2016) y Evangelii gaudium (2013).
El Sagrado Corazón de Jesús se representa a menudo como un corazón ensangrentado en llamas, a veces con una corona de espinas y una pequeña cruz, símbolo del sacrificio de Cristo. La devoción a este símbolo surgió en la Edad Media y fue popularizada en el siglo XVII por los franceses san Juan Eudes y Santa Margarita María Alacoque (tras una aparición en Paray-le-Monial).
Clemente XIII instituyó la solemnidad del Sagrado Corazón en 1765, y Pío IX la extendió a toda la Iglesia en 1856. Se celebra el tercer viernes después de Pentecostés, en este año, el 7 de junio.
El Papa Francisco ha hablado poco de esta devoción popular desde el inicio de su pontificado, aparte de una meditación pronunciada durante el Ángelus unas semanas después de su elección en 2013. En aquel momento, describió el Corazón de Jesús como "el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios".
"No es un símbolo imaginario, sino real, que representa el centro, la fuente de la que brota la salvación de toda la humanidad", prosiguió el pontífice.