Esta web utiliza cookies, puedes ver nuestra política de cookies, aquí Si continuas navegando estás aceptándola
Política de cookies +
El Testigo Fiel
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
rápido, gratis y seguro
conservar sesión
  • Por sobre todo, los miembros registrados dan forma y sentido a este sitio, para que no sea solamente un portal de servicios sino una verdadera comunidad de formación, reflexión y amistad en la Fe.
  • Además tienes ventajas concretas en cuanto al funcionamiento:
    • Tienes reserva del nombre, de modo que ningún invitado puede quedarse con tu identidad.
    • En los foros, puedes variar diversas opciones de presentación (color de fondo, cantidad de mensajes por página, etc.), así como recibir mail avisándote cuando respondan a cuestiones de tu interés.
    • También puedes llevar un control sobre los mensajes que leíste y los que no, o marcarlos para releer.
    • Puedes utilizar todas las funciones de la Concordancia Bíblica on-line.
registrarme
«Mira que estoy a la puerta y llamo,
si alguno oye mi voz y me abre la puerta,
entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo...»
formación, reflexión y amistad en la fe, con una mirada católica ~ en línea desde el 20 de junio de 2003 ~
La Dedicación de las Basílicas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, memoria libre
Común de apóstoles
Salterio: sábado de la cuarta semana del tiempo ordinario
Ya en el siglo XII se celebraba en la basílica Vaticana de San Pedro y en la basílica de San Pablo, en la vía Ostiense, el aniversario de las respectivas dedicaciones, hechas por los santos papas Silvestre y Siricio en el siglo IV. Esta conmemoración se extendió posteriormente a todo el rito romano. Del mismo modo que en el aniversario de la basílica de Santa María la Mayor (el día 5 de agosto) se celebra la maternidad de la Santísima Virgen, así hoy son honorados los dos principales apóstoles de Cristo.
Oficio de Lecturas - versión simple · sin opciones
Inicio
Si Oficio de Lecturas es la primera oración del día se reza el Invitatorio.

(se hace la señal de la cruz sobre los labios mientras se dice:)
V/. -Señor, ábreme los labios.
R/. -Y mi boca proclamará tu alabanza.
Salmo 94: Invitación a la alabanza divina
en el rezo privado, puede decirse la antífona sólo al inicio y al fin
Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

-se repite la antífona

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

-se repite la antífona

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

-se repite la antífona

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras.

-se repite la antífona

Durante cuarenta años
aquella generación me asqueó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."»

-se repite la antífona

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.
Si no:

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. -Dios mío, ven en mi auxilio.
R/. -Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya
 
Himno
¡Guardadnos en la fe y en la unidad,
vosotros, que ya estáis desde el principio
en comunión con Cristo y con el Padre!

¿A quién acudiremos
cuando la fe va herida
sino a vosotros, testigos vigilantes,
que anunciáis con palabra poderosa
lo que era en el principio,
lo que vieron de cerca vuestros ojos
y lo que vuestras manos
tocaron y palparon del Verbo de la vida?

¡Guardadnos en la fe y en la unidad,
vosotros, que ya estáis desde el principio
en comunión con Cristo y con el Padre!

¿En quién descansaremos
la duda y la esperanza
sino en vosotros, cimientos de la Iglesia,
que habéis visto al Señor resucitado,
y oísteis al Espíritu
revelar por el fuego y la palabra
el misterio de Cristo
que estaba oculto en Dios desde los siglos?

¡Guardadnos en la fe y en la unidad,
vosotros, que ya estáis desde el principio
en comunión con Cristo y con el Padre!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Por los siglos. Amén.

o bien:



Voceros de Dios,
heraldos de amor,
apóstoles santos.

Locura de cruz,
de Dios es la luz,
apóstoles santos.

Mensaje del Rey,
de amor es la ley,
apóstoles santos.

De Cristo solaz,
sois cristos de paz,
apóstoles santos.

Sois piedra frontal
del reino final,
apóstoles santos. Amén.
Primer Salmo
Salmo 49-I: El verdadero culto a Dios
Ant: El Señor convoca cielo y tierra para juzgar a su pueblo.
El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece:
viene nuestro Dios, y no callará.

Lo precede fuego voraz,
lo rodea tempestad violenta.
Desde lo alto convoca cielo y tierra
para juzgar a su pueblo:

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El Señor convoca cielo y tierra para juzgar a su pueblo.
Segundo Salmo
Salmo 49-II:
Ant: Invócame el día del peligro, y yo te libraré.
«Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel, voy a dar testimonio contra ti;
Yo, Dios, tu Dios.

No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños;

Pues las fieras de la selva son mías,
y hay miles de bestias en mis montes;
conozco todos los pájaros del cielo,
tengo a mano cuanto se agita en los campos.

Si tuviera hambre, no te lo diría;
pues el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré yo carne de toros,
beberé sangre de cabritos?

Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo
e invócame el día del peligro:
yo te libraré y tú me darás gloria».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: Invócame el día del peligro, y yo te libraré.
Tercer Salmo
Salmo 49-III:
Ant: El sacrificio de acción de gracias me honra.
Dios dice al pecador:
«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?

Cuando ves un ladrón, corres con él;
te mezclas con los adúlteros;
sueltas tu lengua para el mal,
tu boca urde el engaño;

te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
esto haces, ¿y me voy callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.

Atención los que olvidáis a Dios,
no sea que os destroce sin remedio.

El que me ofrece acción de gracias,
ese me honra;
al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant: El sacrificio de acción de gracias me honra.
Lectura Bíblica
V/. No dejamos de rezar a Dios por vosotros.
R/. Y de pedir que consigáis un conocimiento perfecto de su voluntad.

Salvación de los justos y ruina de los pecadores
Lectura del libro del profeta Ezequiel
Ez 14,12-23 (del lecc. par-impar)
En aquellos días, me fue dirigida esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre: si un país comete un pecado de infidelidad contra mí y yo extiendo mi mano contra él, destruyo sus provisiones sumiéndolo en el hambre y extermino hombres y animales; si estuvieran allí estos tres hombres, Noé, Daniel y Job, solo ellos, por su proceder justo, salvarían la vida —oráculo del Señor Dios—. Y si enviara contra ese país bestias feroces que lo dejen desolado y lo conviertan en un desierto que nadie se anima a cruzar por temor de las bestias; si allí estuvieran esos tres hombres, por mi vida —oráculo del Señor Dios— que ni a sus hijos ni a sus hijas podrían salvar. Solamente ellos se salvarían, pero el país quedaría hecho un desierto.
O si enviara la peste contra ese país y dijera: “que la espada recorra el país”, y exterminara así hombres y animales; si allí estuvieran aquellos tres hombres, por mi vida —oráculo del Señor Dios— que ni a sus hijos ni a sus hijas podrían salvar. Solamente ellos se salvarían. O si enviara la peste contra ese país y derramara mi ira sangrienta contra él para exterminar hombres y animales, y si entre ellos estuvieran Noé, Daniel y Job, por mi vida —oráculo del Señor Dios— que no podrían salvar ni a un hijo ni a una hija. Solamente ellos, por su proceder justo, salvarían la vida.
Pues esto dice el Señor Dios:
“No será de otro modo, cuando envíe contra Jerusalén estos cuatro terribles castigos: espada, hambre, bestias salvajes y peste para exterminar a hombres y animales. Pero quedará en ella un resto que pondrá a salvo hijos e hijas. Cuando vengan a vosotros y veáis su conducta y sus malas acciones, os consolaréis de los males que había enviado contra Jerusalén, de cuanto había hecho contra ella. Os consolaréis cuando veáis su conducta y sus malas acciones y comprendáis que en ningún momento había actuado contra ella sin motivo” —oráculo del Señor Dios—».
Ga 6,4-5; cf. Ez 14,20
R/. Que cada uno examine su propia conducta; y así encontrará en sí mismo motivos para gloriarse, y no en otros, pues cada uno debe llevar su propia carga.
V/. Aunque se encuentren allí, en el país que ha pecado, Noé, Daniel y Job, no salvarán a sus hijos ni a sus hijas.
R/. Pues cada uno debe llevar su propia carga.
Lectura Patrística
Pedro y Pablo, dos vástagos plantados por Dios
San León Magno, papa y doctor de la Iglesia
Sermones (Sermón 82, en el natalicio de los apóstoles Pedro y Pablo, 1,6-7: PL 54,426-428)
Vale mucho a los ojos del Señor la vida de sus fieles, y ningún género de crueldad puede destruir la religión fundada en el misterio de la cruz de Cristo. Las persecuciones no son en detrimento, sino en provecho de la Iglesia, y el campo del Señor se viste siempre con una cosecha más rica al nacer multiplicados los granos que caen uno a uno.
Por esto, los millares de bienaventurados mártires atestiguan cuán abundante es la prole en que se han multiplicado estos dos insignes vástagos plantados por Dios, ya que aquéllos, emulando los triunfos de los apóstoles, han rodeado nuestra ciudad por todos lados con una multitud purpurada y rutilante, y la han coronado a manera de una diadema formada por una hermosa variedad de piedras preciosas.
De esta protección, amadísimos hermanos, preparada por Dios para nosotros como un ejemplo de paciencia y para fortalecer nuestra fe, hemos de alegrarnos siempre que celebramos la conmemoración de cualquiera de los santos, pero nuestra alegría ha de ser mayor aún cuando se trata de conmemorar a estos padres, que destacan por encima de los demás, ya que la gracia de Dios los elevó, entre los miembros de la Iglesia, a tan alto lugar, que los puso como los dos ojos de aquel cuerpo cuya cabeza es Cristo.
Respecto a sus méritos y virtudes, que exceden cuanto pueda decirse, no debemos hacer distinción ni oposición alguna, ya que son iguales en la elección, semejantes en el trabajo, parecidos en la muerte.
Como nosotros mismos hemos experimentado y han comprobado nuestros mayores, creemos y confiamos que no ha de faltarnos la ayuda de las oraciones de nuestros particulares patronos, para obtener la misericordia de Dios en medio de las dificultades de esta vida; y así, cuanto más nos oprime el peso de nuestros pecados, tanto más levantarán nuestros ánimos los méritos de los apóstoles.
R/. Los santos apóstoles que, sirviendo a Cristo con ánimo ferviente, plantaron con su sangre a la Iglesia, bebieron el cáliz del Señor y se convirtieron en amigos de Dios.
V/. Así como en la vida les unió un estrecho afecto, así también ni en la muerte fueron separados.
R/. Bebieron el cáliz del Señor y se convirtieron en amigos de Dios.
Final

Oremos:

Defiende a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión, aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

(se hace la señal de la cruz mientras se dice:)
V/. Bendigamos al Señor.
R/. Demos gracias a Dios
 
En el rezo comunitario de ETF acostumbramos añadir:
V/. Desde la salida del sol hasta su ocaso...
R/. Bendigamos el nombre del Señor.
 
© El Testigo Fiel - 2003-2024 - www.eltestigofiel.org - puede reproducirse libremente, mencionando la fuente.
Sitio realizado por Abel Della Costa - Versión de PHP: 8.2.25