La existencia mortal de Konrad Witz, de este corpóreo y concreto pintor del siglo XV, del Alto Rin, está densamente envuelta, del principio al fin, en las tinieblas de la inseguridad. Se ignora dónde y cuándo haya nacido Konrad, hijo de Hans Witz, un pintor de Rottweil sobre el Neckar (Württemberg). Posiblemente naciera hacia el final del primer decenio del siglo XV y tampoco se sabe con certeza dónde murió, si en Ginebra o en Basilea, entre 1444 y 1446, año en que su mujer, en un documento, aparece como viuda. Así, la breve existencia de este pintor no sobrepasa los cuarenta años, y su actividad profesional se limita prácticamente, por lo que conocemos de su obra y deducimos de los documentos, a algo menos de una docena de años, entre 1434 y 1444-46, aproximadamente.
Se supone, sin gran seguridad, que su padre se estableció por algún tiempo en Constanza, y que, posteriormente, se sintió atraído por la magnífica Basilea, donde se desarrollaba (desde 1431) un importante Concilio que recibió nombre de la ciudad. No tiene mucha mayor consistencia la suposición que identifica al padre de Konrad con un tal «Hance de Constance paintre», presente, en 1425-26, en la corte de Felipe el Bueno, en Dijón. Son datos muy frágiles, con los que no se podría intentar la reconstrucción de los primeros años y la formación de Konrad, si no tuvieran cierta verosimilitud, como intentaremos aclarar.
Volviendo a lo poco que se conoce por los documentos, se sabe que, en 1434, Konrad Witz ingresó en la corporación de los pintores de Basilica («Himmelzunft»); Por lo tanto, era ya un maestro autónomo en esa fecha. Y que, al año siguiente, le fue otorgada la ciudadanía («Konrat Witz von Rotwilr, der moler, zu Burger enphangen») en la floreciente ciudad del Alto Rin, que comenzaba, en aquellos años del Concilio, su brillante destino, y que, en el siglo siguiente iba a atraer, caso paralelo, a otra familia de pintores, los Holbein de Augsburgo.
Sobre la ciudad escribía Eneas Silvio Piccolomini (1432), que Participaba en el Concilio en el séquito del cardenal Capranica (y que, en el 1460, convertido en el Papa Pío II, fundaría en aquella ciudad una ilustre Universidad): «si un italiano quiere hacerse una idea de Basilea, piense en una Ferrara más agradable y magnífica; casas de ricos muy bien dispuestas y decoradas, como no tienen igual en Florencia; y muchas fuentes, más que las que existen en Viterbo...».
En 1435, Kohrad Witz se casa con Ursula Treyger, de la familia del pintor Niklaus Rusch, de Tubinga, llamado el maestro Lawelin, en colaboración con el cual pintará una sala del arsenal de la ciudad (retribución de 108 florines, en 1441-42; obra destruida). Alrededor de 1434 es probable que Witz haya pintado el gran retablo, llamado el Speculum, para la iglesia de San Leonardo, en Basilea, obra desmembrada, pero no completamente destruida por el furor iconoclasta de la Reforma, lo que indica la estimación en que se la tenía, lo mismo que sucedió con las Pinturas de Holbein. En 1439, Konrad Witz compró una casa, la "Haus zum Pflug"' (Casa del arado), en la calle Principal de la ciudad, la Freie Strasse, indicio de riqueza que, a su vez, es signo de la afortunada actividad del pintor (en 1454, una hija suya entrará en un convento llevando una considerable dote, y declarando que aquellos dineros los había ganado su difunto padre con su arte: «mit seinem Hantwerk gewunnen»).
En 1444, Witz fírmó el gran retablo de San Pedro, en Ginebra («Hoc opus pinxit magister conradus sapientis de Basilea, 1444»), encargado por el cardenal arzobispo Francisco de Mies, que había llevado al pintor consigo, al dejar el Concilio antes mencionado.
Finalmente un íntimo documento, de 1447, dice que su padre, Hans Witz, es nombrado tutor de los cinco huérfanos que dejara su hijo, ya desaparecido de la escena del mundo, ignoramos exactamente en qué fecha, circunstancias y en qué lugar.
Bibliografía:
Monografía de Piero Bianconi. Pinacoteca de los Genios. Editorial Codex S.A..