Estoy revisitando el génesis, y me causa gracia que dediquen tanto tiempo a las historias de Abraham e Isaac "regalando" a la esposa diciendo que es su hermana. ¿Por qué tanta insistencia en el tema?
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Sí, es una escena muy curiosa, que está repetida (en sus rasgos esenciales) 3 veces:
1-Gn 12,10-20: Abraham y Sara en Egipto, con el Faraón
2-Gn 20: Abrahan y Sara en Guerar, con Abimelek
3-Gn 26,6-11: Isaac y Rebeca en Guerar, con Abimelek
Fácilmente puede verse que combinan algunos elementos comunes. Por ejemplo, el rey del relato 2 y el 3 es el mismo: Abimelek, mientras que la motivación para mudarse, el hambre, es la misma en 1 y en 3.
Se trata evidentemente de un motivo folclórico tradicional que la tradición escrita ha vacilado en fijarlo en Abraham o en Isaac.
Se comprende que teniendo Isaac tan escaso anecdotario (lo que lo tiene como centro se reduce al cap 26), cuando las tradiciones patriarcales comenzaron a crecer, y ellos mismos se volvieron "héroes", tendiera a buscarse una anécdota que reflejara la bendición de Dios sobre la persona de Isaac; con tan mala pata, que ya circulaba en otros grupos tribales la misma anécdota, y hasta los mismos protagonistas, pero fijados a Abraham...
Naturalmente, para la tradición posterior los relatos de Abraham son irrenunciables, por otra parte, para cuando todas estas tradiciones sueltas comenzaron a componerse en forma de historia familiar, ya posiblemente eran entendidos como palabra sagrada (sea lo que sea que imaginaran que significaba eso), así que de alguna manera era intangible y misteriosa en sus repeticiones.
Naturalmente, cuando el narrador final (que ve la historia patriarcal como un conjunto, y no como fragmentos autónomos) insertó cada una de estas tres repeticiones, lo hizo obedeciendo a sentidos que adquieren en ese contexto en el que están:
En el primero, se enfrentan los planes de Yahvé, oscuro y misterioso, con los planes de Abraham, humano como todos, que piensa en la comida, en el mañana, y en sus posibilidades en el conjunto humano que lo rodea... ¡Abraham casi hace naufragar la promesa recién recibida! Solo la providencial intervención de Dios libra a la matriarca y hace posible que siga adelante, aunque se ve ya que no sin peligro, el nacimiento del pueblo de Dios.
No se puede forzar la total coherencia con el conjunto: que Sara estuviera ya pasada de años, y fuera atractiva a faraón como para quererla para su harén son afirmaciones incompatibles No es esa la clase de coherencia narrativa que se debe buscar aquí.
En el segundo puedes notar cómo el personaje de Abraham ya ha crecido: recibe el máximo calificativo que podía recibir... ¡es un profeta! y eso lo declara el propio Dios (es cierto que hablando con un pagano, así que incluso Dios se puede permitir cierta imprecisión teológica).
Aunque la anécdota es la misma, es muy otra la intención del relato, aquí la providencia viva y detallista de Dios protege a su profeta.
Otro tanto puede decirse del tercero, pero en este caso la providencia divina es más invisible y el relato menos escandaloso, de hecho no llegó a correr peligro la matriarca, todo queda en una "hipótesis de trabajo" del rey.
El núcleo de la anécdota tiene que ver con los resquemores de nómades trashumantes hacia los incontinentes sedentarios de las ciudades, se trata de un ingenio tosco, para salvar el propio pellejo (no así el de su mujer), pero es un sesgo habitual en la Biblia ensalzar los valores simples de los no urbanitas, contra los complicados (y en general más pecaminosos) urbanitas.
No podemos de ninguna manera aplicarle hoy nuestras categorías de dignidad de la mujer a unos relatos a todas luces anclados en una cultura muy distinta.
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La creación es la esposa de Cristo, y nosotros su regalo de bodas.