en compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito;
ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad,
y al templo, de tu gloria.
Da una prueba de tus obras antiguas,
cumple las profecías por el honor de tu nombre,
recompensa a los que esperan en ti
y saca veraces a tus profetas,
escucha las súplicas de tus siervos,
por amor a tu pueblo,
y reconozcan los confines del orbe
que tú eres Dios eterno.