Gante (Gand en francés y Ghent en flamenco) gozó durante el siglo XV, al igual que Brujas, la otra gran ciudad de Flandes, de una envidiable prosperidad económica; Pero mientras Brujas se convirtió en un importantísimo centro pictórico, el principal de los Países Bajos, Gante no brilló con el mismo esplendor en ese campo.
A Brujas, sin embargo, llegaron pintores de fuera, mientras que Gante se gloría de haber sido la cuna del que ya se considera el mayor pintor de los Países Bajos de la segunda mitad del siglo XV: Hugo van der Goes. El nacimiento de Hugo en Gante está atestiguado en un documento de Lovaina, de 1480; así se desmienten las afirmaciones de Vasari (1550) y de Guicciardini (1568), según las cuales el pintor sería oriundo de Amberes, como también la aserción de van Mander (1604) para quien Hugo habría sido natural de Brujas. El 5 de mayo de 1467 Hugo van der Goes obtuvo en Gante la "franquicia" o título de maestro. Suponiendo que por esta fecha tuviese la edad de veinticinco años, aproximadamente, se ha convenido en fijar el año de su nacimiento hacia 1440. Hugo adquirió muy pronto gran consideración en Flandes y también fuera. Nos han llegado ciertos comprobantes de pago de Cante, fechados en 7467 y 1468, relativos a un cuadro realizado en ocasión de una indulgencia papal. En 1468 fueron celebradas en Brujas, con gran boato, las bodas de Carlos el Temerario con Margarita de York. Se engalanó toda la ciudad v para los preparativos de decoración fueron llamados muchísimos artistas de todas partes. Entre éstos estaba también van der Goes que, por cierto, recibió uno de los salarios más elevados por sus trabajos decorativos. Durante los años sucesivos se habla en los archivos de Gante de pagos por otros trabajos de carácter artesanal, que nuestro pintor debió haber llevado a cabo juntamente con ayudantes suyos. Fue nombrado decano del gremio de los pintores de Cante en 1474, y confirmado hasta el 15 de agosto de 1476. En su espíritu, sin embargo, se estaba madurando una decisión importante: la de abandonar la vida seglar y retirarse a un convento. Se ha discutido mucho en torno a las causas de semejante decisión; pero es probable que sus mismos contemporáneos las ignorasen. Hugo entró, pues, en el Rode Klooster (El Claustro Rojo), un convento agustino de los alrededores de Bruselas, en el otoño de 1475. Su vida en el convento fue narrada por un hermano, compañero suyo de noviciado, Gaspard Ofhuys de Tournai (Crónica latina manuscrita en la Biblioteca de Bruselas, publicada en versión alemana en el "Repertorium für Kunstwissenschaft" de 1912). Hugo no entró en el convento como fraile regular, sino como lego: es decir que estaba obligado a prestar algún servicio de utilidad común. Pero como pintor -según cuenta Ofhuys-, gracias a su renombre y a su capacidad sobresaliente en la pintura, pudo gozar de una benevolencia especial y de facilidades particulares por parte del prior, el Padre Thomas. Así pudo pintar a su gusto (el Tríptico Portinari fue probablemente terminado en el convento), se le dio también licencia para viajar (entre otros viajes, se personó en Lovaina el año 1480, para, valuar los dos grandes lienzos de Dirck Bouts con Ejemplos de justicia, hoy conservados en Bruselas) y se le auyorizó para recibir visitas, entre las cuales fue memorable la del archiduque Maximiliano, futuro emperado. Tuvo también permiso de acercarse a 1,a hospedería y tomar parte en los banquetes que allí celebraban los huéspedes. Todo esto le atrajo la envidia de los más malévolos de sus hermanos de hábito, y Hugo, ya por naturaleza de temperamento melancólico, comenzó a atormentarse por la falsa situación en que acabó por encontrarse. Otro motivo de desconsuelo era el temor de no llenar a terminar los numerosos cuadros comenzados. La crisis tomó formas decididamente patológicas durante un viaje a Colonia, hecho en compañía de otros frailes. Volviendo de dicha ciudad, Hugo fue hallado una noche presa de la desesperación: estaba obsesionado por el pensamiento de haber incurrido en la condenación de Dios y movido de propósitos de autodestrucción. El padre prior trató de curarlo con la música, y los hermanos se prodigaron en asistirle, hasta que por fin Hugo se rehizo de su "frenesís magna". Recobró su salud mental y vivió humildemente, renunciando a sus viejos privilegios. Pero la muerte no tardó en presentarse (1482).
Biobliografía: Jorge T. Faggin. Pinacoteca de los Genios. Ed. Codex S. A.